domingo, 16 de agosto de 2015

Experiencia aupair: Sentimientos que invaden

Me quedan cuatro días para irme a Francia con mi familia de acogida. Llevo unas cuantas despedidas y me estaba sorprendiendo a mí misma... No sentía ni nervios, apenas sentía la nostalgia típica que se siente poco antes de partir a otro país sola. Estaba increíblemente orgullosa de lo tranquila que estaba.

Pero ayer a la noche todo me vino encima a la vez. Había pasado el día con mis padres, mi hermano, su novia y mi novio; habíamos pasado el día comiendo en un pueblito precioso y pasamos la tarde en una zona que nos encantó. Fue una despedida, sin llegar a ser una despedida. Y fue genial.

A la vuelta, visitamos a mis abuelos y mis padres se quedaron a cenar con ellos, mi hermano y su novia fueron a casa de ella y mi novio y yo vinimos a mi casa. Y ahí llegó lo que no esperaba. Él trabaja un horario normal de 8 horas en una ciudad a casi una hora de distancia de donde vivo yo, pero no sólo trabaja ésas horas, sino que siempre está de guardia y si le llaman a cualquier hora tiene que acudir a su puesto de trabajo. Y ayer, siendo la última noche que dormiríamos juntos antes de que yo me fuera, siendo un sábado a la noche y teniendo la casa para estar tranquilos y pasar unas horas juntos y aprovechando las últimas horas que nos quedan juntos, le llamaron de su trabajo. Tenía que acudir por una urgencia y teniendo en cuenta la hora que era (9 de la noche) acabaría muy tarde aunque todo fuera bien y no le daría tiempo a volver. Sé que es una tontería, sé que muchos pensaréis en lo absurdo de la situación, pero yo tenía todo estructurado en mi mente; tenía planeadas las despedidas, y la de ayer iba a ser la última noche que pasaríamos los dos juntos en mi casa. Así que me vine abajo...

Bueno... tampoco me caí al suelo llorando, ni me puse histérica. Pero de un momento a otro empecé a sentir lo mucho que lo echaría de menos. Lo abracé con todas mis fuerzas y lloré por primera vez sobre ésta separación a la que  nos enfrentamos.

Y hoy me he levantado con una perspectiva totalmente diferente, incluso pienso en lo absurda que fue la situación, hoy vuelve a mi casa y ha prometido quedarse a dormir hoy a la noche, aunque mañana tenga que madrugar para ir a trabajar (ya que su casa está mucho más cerca de su trabajo que la mía). Pero creo que me vino bien llorar un poco, aunque fuera por una situación absurda, ya que los sentimientos que afloraron anoche estaban por ahí escondidos en algún lado y es mejor ir sacándolos poco a poco y no acumularlos todos hasta que explotan en el último momento. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario