viernes, 21 de agosto de 2015

Experiencia Aupair: Primer dia como aupair.

Hace casi 24 horas que me reuní con la familia, y éste primer día ha sido... complicado. Ha sido más duro de lo que me gustaría (yo estaba feliz con la esperanza de no llorar nada y de ir adaptándome como quien se adapta a uno a un curso nuevo) pero también mejor de lo que me temía y sobre todo genial comparando con la experiencia en Estados Unidos el primer día.

La familia es genial. Son muy abiertos, se preocupan de cómo me siento, hacen que me sienta feliz y cómoda y son un gran apoyo. Lo cual me vendrá muy bien, pero en los momentos de bajón a quien necesito es a quien echo de menos. Pero ellos ponen todo de su parte, y no podré decir lo suficiente lo mucho que lo agradezco. Los niños... van a ratos... El pequeño me mira y me sonríe, si juego con el juega encantado y le encanta que le haga cosquillas. El mayor es algo más difícil. Yo tengo que hablarle en inglés (me dijeron que si no me importaba le hablará en ingles a ratos cuando me sintiera cómoda, pero hemos decidido que lo mejor para el niño es que le hable inglés siempre, cosa con la que estoy de acuerdo al 100%), y ahora mismo entiende muy muy poco (normal, tiene 4 años), por lo que podemos jugar, pero a cosas limitadas, y me cuesta mucho comunicarme con él, ya que las señas dan para poco y él no siempre tiene la paciencia que hace falta para entenderme a gestos. Pero los dos son dulces, sólo en un día se han adaptado a mi presencia, no me miran con caras raras y son muy educados.

Y lo mejor para mi adaptación es una chica que parece caída del cielo. La aupair a la que sustituiré. Durante un tiempo trabajaremos las dos a la vez y me irá enseñando las rutinas de los niños, los sitios a los que tendré que ir y me presentará a aupairs y sitios. Es de verdad un amor, me dijo que ha estado pidiendo los teléfonos de las nuevas aupairs que están llegando a la zona y que quedaremos con ellas y que nos enseñara sitios a todos. Pero es algo en ella, lo mismo que vió la madre de acogida en ella cuando con tan solo una llamada de Skype hizo que se decidiera por ella y no por la otra aupair que ya casi tenían contratada, lo que me tranquiliza. Tiene algo, una manera de hablar y de explicar las cosas que hace que me tranquilize. Al igual que hace con los niños, cada vez que ha visto que estoy nerviosa me ha tranquilizado y asegurado que pasaré un año increíble y que me adaptaré rápido (cosa que ya sé, pero que siempre ayuda oír a otros decirlo).

Pero no os he contado nada de lo que hemos hecho. Estánde vacaciones en una casa a media hora en coche de la casa de mi novio, por lo cual hace dos noches mi novio me vino a buscar y pasé la noche en su casa. Y ayer a la tarde, hacia las 4 cogimos el coche y vinimos aquí. Deberíamos de haber llegado en poco más de media hora, pero con el tráfico que había tardamos más de una hora. Y entonces fue cuando empecé a llorar. Me reía y lloraba a la vez, porque hasta mañana estaré a menos de 100km de casa y era absurdo que llorara ayer, pero sabía que en dos días saldría para el norte, a casi 1000km de casa y me superaba la tristeza. Y así pasé todo el camino, a veces llorando, a veces riendo y a veces riendo mientras lloraba. Casi nos perdimos pero de casualidad encontramos la casa y nos hicieron una preciosa bienvenida, incluso tenían colgado un cartel hecho a mano que decía "Bienvenue Enara". Pero a los pocos minutos mi novio se fue... Y en aquél abrazó desee poder parar el tiempo. Estaréis pensando en lo patética que parezco, pero no conseguí ser tan fuerte como me gustaría ser. 

La tarde fué bien, en cuanto mi novio se fue cambié de chip y me tranquilizé, seguía con ésa sensación triste, pero sin llorar. Y la tarde y la cena fueron genial, hablamos de muchas cosas e hice buenas migas con la otra aupair. Y luego llegó la noche. Y ahí lloré mucho más de lo que había llorado antes, porque entonces sí que no tenía a nadie de casa a quien abrazar. Pero hablé con mis padres por whatsapp disimulando la tristeza (según ellos lo estoy llevando genial, ya que no quiero decirles que ando triste y preocuparlos) y luego me desahogué con mi novio. Le dije que lo quiero más de treinta veces y le repetí que lo echaría de menos y que le compensaré por hacerle pasar por ésto. Y después de llorar otro buen rato me tranquilicé de nuevo. Yo siempre digo que cuando hay ganas de llorar hay que llorar, y efectivamente. A todas y a todos os digo que si sentís que tenéis ganas de llorar lo soltéis, os hará sentir muchísimo mejor.

Y por último repetir mi recomendación fundamental en éstas situaciones. Mantenerse ocupado es lo mejor. Cuando estoy con la familia, con los niños, haciendo cosas (aunque solo sea fregar los platos) me siento bien, tengo la mente ocupada y lo llevo genial. Así que, manteneos lo más ocupados posibles, y cansaros, cansaros para que cuando lleguéis a la cama caigáis rendidos y no os dé tiempo a pensar y poneros tristes.


3 comentarios:

  1. Hola Enara! Que bueno que llegaste muy bien. A mi me paso lo mismo el segundo día, me sentía un poco triste pero feliz algo raro, la verdad no he llorado desde que llegue de Colombia, cuando me siento así, lo que hago es pensar en las experiencias que voy a tener este año que nadie más me las puede dar, solo yo puedo disfrutar de cada una de las experiencias que están por venir y por las cuales he estado pasando y disfrutando. Espero que todo siga muy bien, un abrazo!

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    1. Si! Yo ahora estoy un poco sensible, pero seguro que en una semana estoy ya genial! Que tal tu familia? Ya lei que genial! Me alegro muchisimo!!

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    2. Son increíbles!! Se han portado super bien conmigo, espero que sigas un poco mejor!!

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