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lunes, 5 de octubre de 2015

Experiencia aupair: "Resaca" post-visita

Como ya os he contado, mi novio vino a visitarme la semana pasada, y hemos pasado siete días geniales juntos. Pero como todo lo bueno, esto también llego a su fin... Y ha sido una montaña rusa de emociones. 

Los días que hemos pasado juntos han sido geniales. Hemos visitado algunos sitios, hemos aprovechado para descansar, he vivido mi rutina francesa en su compañía, y sobre todo hemos estado juntos como siempre; cosa que echábamos de menos más de lo que parecía.

Creo que ya lo conté, pero mi novio no se lleva muy bien con los aviones, por lo que para venir a visitarme se ha hecho más de 900km en coche. Salió un jueves de madrugada y llegó a la tarde. El camino fue largo y aburrido para él, pero la espera tampoco fue fácil para mí. Saber que estaba solo en la carretera, conduciendo todo ese porrón de kilómetros, sin haber podido descansar lo suficiente la noche anterior... Me pasé las horas desde que me desperté hasta que por fin llegó con los nervios a flor de piel. Pero cuando me dijo que estaba llegando, salí fuera y le vi llegar en coche, la sonrisa mas boba que jamás he tenido se me puso en la cara. No podía parar de sonreír, y en cuanto bajó del coche lo abracé una y otra vez, sin llegar a creerme que estaba aquí. No sólo era el hecho de que llevábamos un tiempo sin vernos (porque en realidad era poco más de un mes, y no es tanto), sino el verle en éste escenario que es mío y en el que no hay nadie de la vida que llevo en casa; como un niño que se encuentra con su profesora por la calle y le cuesta asumir que la está viendo fuera del colegio, a mí me costaba asumir que tenía a mi novio aquí conmigo.

Y así fueron los días, volando, más rápido que cualquier otro día que haya pasado aquí. Y llegó el momento de la despedida. Ya desde la noche anterior sentía un nudo en la garganta, y como el primer día que vino a visitarme, lo abrazaba y lo besaba a cada momento, queriendo convertir los segundos en horas y sin querer que llegara el momento de su vuelta a casa. Pero como era inevitable, la mañana siguiente llegó. 

Desayunamos y nos preparamos a toda prisa porque tampoco teníamos tiempo de sobra y queríamos poder despedirnos tranquilamente. Aguanté las lágrimas hasta que metimos las cosas en los coches, pero en cuanto empezamos a despedirnos empecé a llorar. Hacía un mes que no derramaba una sola lágrima, pero volver a despedirme de él (aunque sólo fuera por un par de semanas, cosa que en realidad no es nada), se me hizo más duro de lo que creía. Y ésta vez incluso él soltó alguna lágrima, cosa que no hizo cuando nos despedimos la primera vez que partí para Francia. Entre abrazos y besos nos despedimos y él salió en su coche y yo me quedé en el mío un par de segundos para poder recomponerme de todo. Pero cuando salí y me acerqué al primer cruce, ahí lo vi en su coche, esperando a que el GPS pillara señal. Así que nos volvimos a despedir, y en cuanto tiré para adelante y dejé de ver su coche volví a recaer en un mar de lágrimas; ya me había despedido de él y no esperaba volver a verle hasta que fuera a casa de visita en un par de semanas, así que volver a verle después de haberme recompuesto de la despedida me hizo volver a caer en el llanto. 

Y como ya esperaba, cuando se fue me quedé peor de lo que estaba antes de que viniese a visitarme. Como una amiga y yo comentábamos, estás en un sitio nuevo, haciendo cosas interesantes, viviendo cosas nuevas... y tienes la felicidad (digamos que) en un 80%; pero luego recibes una visita de éstas y mientras dura tienes los niveles de felicidad al 100% y todo es perfecto, y estas con esa sensación de sentirte flotar que sientes cuando estas de vacaciones. Pero luego llega el momento de volver a la rutina, y pensando en todo lo que has hecho, vuelves a u 70 o a un 80% de felicidad, y ese bajón es lo que más cuesta asumir.

Tengo que aclarar, que mi momento de bajón solo duro unos minutos y que pronto me recompuse, aunque como otra amiga aupair que tengo aquí mencionó, ahora estoy con la "resaca post-visita". Esa sensación de vacío que te queda después de un tiempo de felicidad absoluta. Pero en nada volveré a casa a visitar a mi familia, a mis amigos y a volver a ver a mi novio, por lo que ahora me queda disfrutar de éstos días que tengo aquí antes de que lleguen las vacaciones y vuelva de visita a casa. 

domingo, 27 de septiembre de 2015

Experiencia aupair: La primera visita que recibo.

¡No me lo creo! Me despierto y tengo a mi novio al lado, y estoy en una realidad que es una mezcla entre mi vida del día a día en casa y mi día a día como aupair. A las mañanas tengo el día libre, y disfruto de éstas "vacaciones" con mi novio y por las tardes cuido de los niños y trabajo para luego volver con mi novio y pasar el final de la tarde y la noche.


Y si os preguntáis porque está mi novio de visita mientras yo sigo trabajando, porque, en realidad no aprovechamos sus vacaciones al 100%, os cuento...



Éste verano yo tenía un mes de vacaciones (entre la fecha en la que terminé de trabajar y el día en el que me tenía que venir a Francia para trabajar con la familia), y mi novio y yo íbamos a irnos a Galicia de vacaciones; pero en el último momento decidimos guardar esos días de vacaciones que tenía mi novio y aprovecharlos para estar juntos ahora y pasar unos días como pareja sin llegar a pasar más de un mes separados.



Y aquí tengo que hacer otro inciso. Puede que estéis pensando que no estoy aprovechando ésta experiencia tanto como debería; pero he de decir que yo ya pasé un año en el extranjero, alejada de todo y aprovechando el año fuera a tope y vi las dos partes de ésa experiencia: tanto la buena como la mala. Ya pasé por echar de menos, por querer estar con mis seres queridos y no poder. Y desde el principio me negué a pasar otro año así. Decidí vivir las cosas buenas más intensamente que el año anterior, pero me negué a sufrir por estar lejos de mis seres queridos. Si tuviese que hacerlo, aguantaría pasar un año sin ver a nadie, o verlos solo en Navidades y Semana Santa. Pero estoy cerca de casa (relatiamente) y gracias a la familia para la que trabajo tendré una semana de vacaciones cada dos meses (y dos semanas en Navidades), por lo que aprovecharé y viajaré a casa cuando pueda. 



Y lo mismo pasa con ésto. Para poder verlos durante todo el tiempo posible, cuando yo viaje de vuelta a casa él seguirá trabajando y no cogerá fiesta ésos días, y cuando él venga a visitarme yo seguiré trabajando, para poder aprovechar los días de vacaciones para estar juntos y hacer las visitas más amenas.


Pero aunque yo esté trabajando, nos estamos apañando estupendamente. En realidad yo no trabajo más de tres horas a las tardes, y él aprovecha éstas horas para descansar, pasear o conocer la zona, y cuando estamos juntos... Teníamos planes de viajar todo lo posible y aprovechar para enseñarle la zona. Y hemos hecho algún viaje y hemos visto zonas de los alrededores, pero sobre todo hemos aprovechado el tiempo para estar juntos,  conociendo una ciudad preciosa que tenemos a una hora de aquí, viendo películas en la habitación del apartahotel (con el wifi maldito que hizo que "Los Juegos del Hambre" durasen 5 horas entre cargar y no cargar...), paseando por los parajes preciosos de los alrededores... Simplemente disfrutando de la compañía mutua y acumulando momentos para cuando volvamos a tener que separarnos.








No sé cuál será la siguiente visita que recibiré, tengo unas amigas que vendran en enero, un amigo que vendrá en febrero, mi hermano y su novia que creen que podrán venir en abril y una amiga y su novio que vendrán con mi novio en alguna de sus visitas. Pero sé que ésto de tener un trocito de "casa" en forma de mi novio aquí me está encantando.

martes, 22 de septiembre de 2015

Experiencia aupair: ¿cómo va mi relación a distancia?

Antes de venir, os conté que tengo novio y que me adentraba en la aventura de ser aupair teniendo una relación a distancia... Pero en aquél post os contaba lo que esperaba que pasase, y ahora os contaré cómo está siendo. Y la verdad que me sorprendo de poder deciros que está siendo... ¿fácil? Sí, creo que está siendo más fácil de lo que creía que sería.

Los primeros días fueron mucho más duros de lo que creía, lo echaba de menos pensando en lo mucho que lo echaría de menos más adelante. Me ponía sus camisetas para dormir, me echaba su colonia en la muñeca y me dormía llorando abrazada a un regalo que me hizo antes de venir. Lo sé. Sueno patética, pero si os cuento la verdad tendré que contaros también lo más ridículo ¿verdad?. 

Pero en cuanto los días fueron pasando la nostalgia fué desapareciendo y vino la época de acostumbrarme a su ausencia. En casa, vivimos a una hora el uno del otro y tenemos más o menos lo que se puede llamar una relación de fin de semana. Entre semana no estamos y hablamos por teléfono o por whatsapp durante el día, y los fines de semana el uno va a casa del otro y pasamos el fin de semana juntos, por lo que ahora que llevo un mes sin verle, no es tan duro. Como todas las parejas, hemos tenido alguna discusión pequeña que no hemos podido afrontar cara a cara, pero no ha sido tan duro como creía. Y ¿qué mas decir? 

Que bendito Skype, bendito whatsapp y benditas llamadas de whatsapp que me permiten llamarlo a cualquier hora sin tener que quedar a una hora en concreto delante del ordenador. 

Yo entraba en ésto con muy malos recuerdos en mi mente; ya que la última vez que me tuve que separar de un novio para llevar la relación a distancia, no aguantamos tres semanas juntos y la cosa terminó muy mal. Pero ésta vez nos adentramos en una relación a distancia que volverá a ser una relación normal en 10 meses. Entramos en ésto con tres años juntos a nuestras espaldas. Y entramos en estos con una mentalidad y madurez que no poseía hace cuatro años cuando la otra relación acabó por una distancia que de 6.000km que tuvimos que poner entre medias. 

Y por último, mi novio, que es todo un amor, va a hacerse 10 horas en coche para venir a visitarme el jueves. No me lo creo, ¡lo veré en dos días! Y pasaremos una semana juntos visitando los alrededores, pasando horas juntos como hace tiempo que no hacemos y pudiendo tocarnos y vernos cara a cara. 

Por lo que un mes en ésto, y he de decir que lo de las relaciones a distancia (por lo menos la mía y viendo cómo está siendo hasta ahora) no son tan duras como recordaba y temía.

viernes, 21 de agosto de 2015

Experiencia Aupair: Primer dia como aupair.

Hace casi 24 horas que me reuní con la familia, y éste primer día ha sido... complicado. Ha sido más duro de lo que me gustaría (yo estaba feliz con la esperanza de no llorar nada y de ir adaptándome como quien se adapta a uno a un curso nuevo) pero también mejor de lo que me temía y sobre todo genial comparando con la experiencia en Estados Unidos el primer día.

La familia es genial. Son muy abiertos, se preocupan de cómo me siento, hacen que me sienta feliz y cómoda y son un gran apoyo. Lo cual me vendrá muy bien, pero en los momentos de bajón a quien necesito es a quien echo de menos. Pero ellos ponen todo de su parte, y no podré decir lo suficiente lo mucho que lo agradezco. Los niños... van a ratos... El pequeño me mira y me sonríe, si juego con el juega encantado y le encanta que le haga cosquillas. El mayor es algo más difícil. Yo tengo que hablarle en inglés (me dijeron que si no me importaba le hablará en ingles a ratos cuando me sintiera cómoda, pero hemos decidido que lo mejor para el niño es que le hable inglés siempre, cosa con la que estoy de acuerdo al 100%), y ahora mismo entiende muy muy poco (normal, tiene 4 años), por lo que podemos jugar, pero a cosas limitadas, y me cuesta mucho comunicarme con él, ya que las señas dan para poco y él no siempre tiene la paciencia que hace falta para entenderme a gestos. Pero los dos son dulces, sólo en un día se han adaptado a mi presencia, no me miran con caras raras y son muy educados.

Y lo mejor para mi adaptación es una chica que parece caída del cielo. La aupair a la que sustituiré. Durante un tiempo trabajaremos las dos a la vez y me irá enseñando las rutinas de los niños, los sitios a los que tendré que ir y me presentará a aupairs y sitios. Es de verdad un amor, me dijo que ha estado pidiendo los teléfonos de las nuevas aupairs que están llegando a la zona y que quedaremos con ellas y que nos enseñara sitios a todos. Pero es algo en ella, lo mismo que vió la madre de acogida en ella cuando con tan solo una llamada de Skype hizo que se decidiera por ella y no por la otra aupair que ya casi tenían contratada, lo que me tranquiliza. Tiene algo, una manera de hablar y de explicar las cosas que hace que me tranquilize. Al igual que hace con los niños, cada vez que ha visto que estoy nerviosa me ha tranquilizado y asegurado que pasaré un año increíble y que me adaptaré rápido (cosa que ya sé, pero que siempre ayuda oír a otros decirlo).

Pero no os he contado nada de lo que hemos hecho. Estánde vacaciones en una casa a media hora en coche de la casa de mi novio, por lo cual hace dos noches mi novio me vino a buscar y pasé la noche en su casa. Y ayer a la tarde, hacia las 4 cogimos el coche y vinimos aquí. Deberíamos de haber llegado en poco más de media hora, pero con el tráfico que había tardamos más de una hora. Y entonces fue cuando empecé a llorar. Me reía y lloraba a la vez, porque hasta mañana estaré a menos de 100km de casa y era absurdo que llorara ayer, pero sabía que en dos días saldría para el norte, a casi 1000km de casa y me superaba la tristeza. Y así pasé todo el camino, a veces llorando, a veces riendo y a veces riendo mientras lloraba. Casi nos perdimos pero de casualidad encontramos la casa y nos hicieron una preciosa bienvenida, incluso tenían colgado un cartel hecho a mano que decía "Bienvenue Enara". Pero a los pocos minutos mi novio se fue... Y en aquél abrazó desee poder parar el tiempo. Estaréis pensando en lo patética que parezco, pero no conseguí ser tan fuerte como me gustaría ser. 

La tarde fué bien, en cuanto mi novio se fue cambié de chip y me tranquilizé, seguía con ésa sensación triste, pero sin llorar. Y la tarde y la cena fueron genial, hablamos de muchas cosas e hice buenas migas con la otra aupair. Y luego llegó la noche. Y ahí lloré mucho más de lo que había llorado antes, porque entonces sí que no tenía a nadie de casa a quien abrazar. Pero hablé con mis padres por whatsapp disimulando la tristeza (según ellos lo estoy llevando genial, ya que no quiero decirles que ando triste y preocuparlos) y luego me desahogué con mi novio. Le dije que lo quiero más de treinta veces y le repetí que lo echaría de menos y que le compensaré por hacerle pasar por ésto. Y después de llorar otro buen rato me tranquilicé de nuevo. Yo siempre digo que cuando hay ganas de llorar hay que llorar, y efectivamente. A todas y a todos os digo que si sentís que tenéis ganas de llorar lo soltéis, os hará sentir muchísimo mejor.

Y por último repetir mi recomendación fundamental en éstas situaciones. Mantenerse ocupado es lo mejor. Cuando estoy con la familia, con los niños, haciendo cosas (aunque solo sea fregar los platos) me siento bien, tengo la mente ocupada y lo llevo genial. Así que, manteneos lo más ocupados posibles, y cansaros, cansaros para que cuando lleguéis a la cama caigáis rendidos y no os dé tiempo a pensar y poneros tristes.


domingo, 16 de agosto de 2015

Experiencia aupair: Sentimientos que invaden

Me quedan cuatro días para irme a Francia con mi familia de acogida. Llevo unas cuantas despedidas y me estaba sorprendiendo a mí misma... No sentía ni nervios, apenas sentía la nostalgia típica que se siente poco antes de partir a otro país sola. Estaba increíblemente orgullosa de lo tranquila que estaba.

Pero ayer a la noche todo me vino encima a la vez. Había pasado el día con mis padres, mi hermano, su novia y mi novio; habíamos pasado el día comiendo en un pueblito precioso y pasamos la tarde en una zona que nos encantó. Fue una despedida, sin llegar a ser una despedida. Y fue genial.

A la vuelta, visitamos a mis abuelos y mis padres se quedaron a cenar con ellos, mi hermano y su novia fueron a casa de ella y mi novio y yo vinimos a mi casa. Y ahí llegó lo que no esperaba. Él trabaja un horario normal de 8 horas en una ciudad a casi una hora de distancia de donde vivo yo, pero no sólo trabaja ésas horas, sino que siempre está de guardia y si le llaman a cualquier hora tiene que acudir a su puesto de trabajo. Y ayer, siendo la última noche que dormiríamos juntos antes de que yo me fuera, siendo un sábado a la noche y teniendo la casa para estar tranquilos y pasar unas horas juntos y aprovechando las últimas horas que nos quedan juntos, le llamaron de su trabajo. Tenía que acudir por una urgencia y teniendo en cuenta la hora que era (9 de la noche) acabaría muy tarde aunque todo fuera bien y no le daría tiempo a volver. Sé que es una tontería, sé que muchos pensaréis en lo absurdo de la situación, pero yo tenía todo estructurado en mi mente; tenía planeadas las despedidas, y la de ayer iba a ser la última noche que pasaríamos los dos juntos en mi casa. Así que me vine abajo...

Bueno... tampoco me caí al suelo llorando, ni me puse histérica. Pero de un momento a otro empecé a sentir lo mucho que lo echaría de menos. Lo abracé con todas mis fuerzas y lloré por primera vez sobre ésta separación a la que  nos enfrentamos.

Y hoy me he levantado con una perspectiva totalmente diferente, incluso pienso en lo absurda que fue la situación, hoy vuelve a mi casa y ha prometido quedarse a dormir hoy a la noche, aunque mañana tenga que madrugar para ir a trabajar (ya que su casa está mucho más cerca de su trabajo que la mía). Pero creo que me vino bien llorar un poco, aunque fuera por una situación absurda, ya que los sentimientos que afloraron anoche estaban por ahí escondidos en algún lado y es mejor ir sacándolos poco a poco y no acumularlos todos hasta que explotan en el último momento. 


jueves, 16 de julio de 2015

Experiencia aupair: ser aupair teniendo pareja.

No sé si lo había mencionado antes, pero tengo novio. Tengo novio y me voy a ir a pasar un año entero a otro país dejandole a él a casi 1000km de distancia... Sabemos que es una locura, sabemos que será duro y sabemos que costará, pero esperamos que todo vaya bien.

Antes de nada tengo que contaros lo muchísimo que me ha apoyado en esto y de lo necesario que me ha sido su apoyo a la hora de tomar ésta decisión. 

Llevamos tres años juntos, y he de decir que hace tiempo que le "advertí" de ésto. Nos conocímos un año después de que yo volviera de mi año en Estados Unidos y desde el principio le conté mis intenciones de repetir la experiencia cuando acabase la universidad en algún lugar de Europa y ésta vez como aupair. Si he de decir la verdad al principio tampoco le emocionó la idea, pero estábamos al comienzo de nuestra relación y al ser unos planes para un futuro algo lejano tampoco lo hablamos muy en serio.

Al principio la idea era irme a Suecia (país del que me enamoré en un intercambio que hicimos con el instituto en bachiller) o a Alemania. Pero con el tiempo, viendo que al tener pareja un país más cercano sería mejor y que al ser profesora el Francés me sería más útil que el Alemán y que decir que el Sueco, me decidí por ir a Francia.

Poco a poco fuimos hablando más en serio sobre el tema, y he de decir que en todo momento ha sido mi mayor apoyo. En ningún momento me ha pedido que no vaya, me ha ayudado con todos los preparativos y muy claramente me ha dicho que le dá pena que me vaya, pero que no va a interponerse en un sueño que tengo desde hace tanto tiempo. En mis momentos de bajón es el que mas me apoya asegurándome de que ésto no romperá la relación y que de hecho nos haremos más fuertes como pareja. 

Ha accedido a que vaya a un país que no le gusta (como ya me ha recalcado infinidad de veces, no sé que tiene contra los franceses...), a visitarme tanto como pueda y a sacrificar éste año como pareja.

Siendo realistas, sé que la experiencia sería más fácil y más real si no tuviera novio. Sé que estaría menos nerviosa, y que tampoco haría tantas visitas a casa. En definitiva, todo sería más fácil.

Pero quería escribir éste post para todas aquellas aupairs que os aventuráis a serlo dejando a una pareja en vuestro país; para que sepáis que se puede hacer, que no sois las únicas, y que no es una locura tan grande como os podáis imaginar. Cuando la experiencia vaya más adelante os iré contando cómo va todo, y veremos si las cosas siguen tan bien como hasta ahora.